Obsolescencia Programada

 Juan Sebastian Florez Cortes

Esta es una ya conocida estrategia industrializada donde los productos están diseñados para

fallar después de determinado tiempo, teniendo estos una vida útil limitada. Esto incita a los

consumidores de estos productos a cambiarlos antes de que dejen de funcionar como tal.

Esta práctica surgió en los años 20 para responder a la necesidad de aumentar las ventas y

mantener la actividad económica tras la Gran Depresión (Iberdrola, 2023). En 1932, Bernard

London dio la idea de formalizar la obsolescencia programada para “poner orden al caos

económico” y crear empleos, ideas que fueron usadas tiempo después por industrias como la

automovilística en Estados Unidos, intentando garantizar un flujo constante de consumo y

ventas (LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA, 2016).

Un tipo de obsolescencia programada es conocida como “obsolescencia percibida”, aquí el

producto se vuelve obsoleto por cambios dentro del diseño, aunque sigue siendo funcional.

Un ejemplo claro de esto es la tecnología o la moda, donde buscamos más dar por satisfecho

un deseo que una necesidad verdadera. Aquí es donde entra el consumismo un tanto

impulsivo debido a la publicidad y lo que las masas ponen de moda.

El otro tipo de obsolescencia es la funcional, donde se programa un dispositivo para fallar

después de cierto tiempo, obligandonos a comprar uno nuevo, un ejemplo fácil son ciertas

impresoras que traen un chip programado para fallar después de un número corto de

impresiones (Lifeder, 2023).

Enfocándonos en el aspecto económico, esto beneficia de gran manera a todas las empresas,

ya que mantienen una demanda constante a nuevos productos, generando gastos continuos a

los consumidores. Podemos verlo también desde un aspecto ético y social, ya que esta


rotacion tan constante de productos contribuyen al consumo sin medir que favorece a países

en detrimento de aquellos que reciben los desechos, como lo son algunas zonas de África

(Zysplanet, 2023).

Estos impactos pueden ser atacados por ciertas medidas, como por ejemplo una legislación

que imponga la durabilidad y su debida reparación de estos productos, dando una mayor

consciencia de el consumo responsable e impulsando una economía circular, donde se ponga

por delante la reutilización y el reciclaje. Estas estrategias pueden ayudar a minimizar la

contaminación y el agotamiento de nuestros recursos, ya que estos no son limitados.

Francia, por ejemplo, ha legislado contra la obsolescencia programada, promoviendo el

derecho a reparar y alargando la vida útil de los productos, lo que reduce el impacto

ambiental (Lifeder, 2023).


Fuentes


Iberdrola. (2023). Obsolescencia Programada: ¿Por qué es un problema? Recuperado de:

https://www.iberdrola.com/sostenibilidad/obsolescencia-

programada#:~:text=La%20obsolescencia%20programada%20aumenta%20la,deterioran%20o

%20se%20quedan%20obsoletos.


Lifeder. (2023). Obsolescencia programada: qué es, tipos, consecuencias, ejemplos.

Recuperado de:

https://www.lifeder.com/obsolescencia-programada/


LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA. (2016). Obsolescencia programada. Recuperado de:

https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/19046/YANG_TFG.pdf


Economía Sustentable. (2023). Qué es la obsolescencia programada y cómo impacta en el

medioambiente. Recuperado de:

https://economiasustentable.com/noticias/que-es-la-obsolescencia-programada-y-como-

impacta-en-el-medioambiente/


Fundación Aquae. (2023). El impacto de la obsolescencia programada. Recuperado de:

https://www.fundacionaquae.org/impacto-ambiental-obsolescencia-programada/


Zysplanet. (2023). Obsolescencia Programada: impacto y Soluciones para el Medioambiente.

Recuperado de:

https://zysplanet.com/sostenibilidad/obsolescencia-programada-impacto-y-soluciones-para-el-

medioambiente/

Comentarios

  1. Este texto me lleva a reflexionar sobre cómo la obsolescencia programada afecta no solo nuestra economía, sino también nuestros derechos como consumidores y el medio ambiente. La práctica de diseñar productos con una vida útil limitada puede parecer útil para las empresas, pero genera un consumo excesivo y residuos que impactan especialmente a las comunidades más vulnerables en términos ambientales. Me parece que es necesario legislar sobre este tema, como lo ha hecho Francia, para proteger al consumidor y al planeta. En el futuro, una economía más sostenible debería enfocarse en productos duraderos y en el derecho a la reparación, promoviendo un consumo más consciente.

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  2. Este fenómeno de la obsolescencia programada siempre me ha parecido un reflejo claro de la lógica del capitalismo: el consumo constante, donde la industria diseña productos no solo para que dejen de ser funcionales, sino también para que los consumidores estén impulsados a comprarlos gracias a la presión de las tendencias.

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