Avanzando hacia el Pasado

 Nayely Rodríguez

La historia de la humanidad está plagada de injusticias, y una de las más persistentes es la

creación de jerarquías raciales. Estas no surgieron de la nada, sino que se construyeron a lo largo

del tiempo a partir de creencias, miedos y necesidades económicas. En "De animales a dioses",

Yuval Noah Harari nos invita a cuestionar estas construcciones sociales.

Mi propósito es que comprendamos por qué seguimos lidiando con estas desigualdades hoy en

día.


Desde el siglo XVI hasta el XVIII, los conquistadores europeos importaron millones de

esclavos africanos a América, y las razones detrás de esto son complejas. En primer lugar, África

estaba más cerca, lo que hacía que fuera más barato traer esclavos de allí que de lugares lejanos

como Asia. Además, ya existía un comercio de esclavos en África, lo que facilitaba la compra de

mano de obra. Pero lo más impactante es que los africanos tenían una inmunidad genética a

enfermedades como la malaria y la fiebre amarilla, que afectaban a los europeos. Así, los dueños

de las plantaciones encontraron más “rentable” invertir en africanos, no solo por su costo, sino

porque eran más resistentes a las condiciones que mataban a muchos europeos.


Paradójicamente, esta superioridad genética se tradujo en inferioridad social: porque eran

más aptos para trabajar en esos climas, terminaron siendo esclavizados. Esto creó una clase


dominante de europeos blancos y una doblegada de africanos negros, engendrando una jerarquía

que perduraría por siglos.


El racismo se infiltra en nuestra cultura de maneras muy profundas. La repugnancia hacia

las relaciones interraciales y los linchamientos de personas negras son ejemplos de cómo el

miedo a la mezcla racial ha alimentado una cultura de odio. Referentes como el Ku Klux Klan

(KKK) y otros grupos supremacistas hacen evidente como se ha utilizado la violencia para

mantener esta jerarquía, enseñando a la sociedad que las relaciones entre razas son inaceptables.


La cultura estética también se ha construido alrededor de estándares blancos de belleza.

La piel clara, el pelo liso y otras características asociadas con la raza blanca se han definido

como "hermosas", mientras que los rasgos típicamente negros han sido descalificados. Esto no

solo perpetúa estigmas, sino que también se convierte en parte de la identidad cultural.


Algo que aquí, también es importante cuestionar, es la idea de que las jerarquías raciales

se basan en alguna superioridad biológica. Harari nos recuerda que las distinciones biológicas

entre los diferentes grupos humanos son mínimas. Desmantelar estas jerarquías requiere entender

que son construcciones culturales, no realidades biológicas.


Harari menciona que la desigualdad tiende a perpetuarse en círculos viciosos. La pobreza

genera más pobreza, y la ignorancia, más ignorancia. Esto es especialmente cierto en el contexto

de la opresión racial. Aunque la esclavitud se abolió, las comunidades negras han enfrentado

barreras sistémicas que limitan su acceso a la educación, el empleo y otras oportunidades. Estos


círculos viciosos dificultan que las víctimas de la historia rompan el ciclo de desventaja, mientras

que aquellos que fueron privilegiados siguen disfrutando de beneficios.


Un testimonio que ilustra esta problemática de forma abrumadora y preocupante proviene

de una familiar que actualmente cursa el séptimo semestre en una universidad de educación

superior en Colombia, dentro de una carrera del programa de salud. En esta etapa, los estudiantes

deben realizar rotaciones y prácticas en hospitales, donde se les asignan pacientes.

Recientemente, a una de sus compañeras le asignaron un paciente de piel negra. La reacción de

esta estudiante fue extrema; solicitó al jefe de área que le cambiaran de paciente, argumentando

que no toleraba el "olor raro" que, según su percepción, emanaba de esta persona. Además, se

quejó de su incapacidad para establecer una buena relación con el paciente. En conversaciones

con sus compañeros, confesó que sería incapaz de tocar la piel de esta persona, y menos, si esto

implicaba realizar masajes en los pies.


Este caso plantea una inquietante cuestión: ¿Son estos los profesionales del futuro que

estamos formando? ¿Es este el legado que hemos transmitido a través de la historia? La

persistencia de estas actitudes en futuros profesionales, independientemente de su área de

estudio, no solo pone en entredicho la calidad de la atención que ofrecerán, sino que también

refleja una profunda falta de empatía y comprensión hacia la diversidad. Y es aún mas alarmante

cuando pensamos en el papel que juega la educación. Puesto que como decía Nelson Mandela la

educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo (Mandela, 1994).

Ese principio no solo resalta la responsabilidad de las instituciones educativas para formar

profesionales competentes, sino también individuos comprometidos con la justicia y la igualdad.


Las ideas de Harari sobre cómo hemos construido nuestras sociedades nos llevan a

reflexionar sobre lo que hemos aceptado como verdad. Si queremos avanzar hacia un mundo más

justo, es vital que cuestionemos esas narrativas que han perpetuado la desigualdad. En lugar de

ver las diferencias como divisiones, deberíamos centrarnos en lo que nos une como seres

humanos. Solo así podremos cambiar el rumbo y construir un futuro donde todos tengamos las

mismas oportunidades.


Referencias


Mandela, N. (1994). El largo camino hacia la libertad: la autobiografía de Nelson Mandela.

Boston: Little, Brown y compañía.

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses: Breve historia de la humanidad. Debate.

Comentarios

  1. A través del análisis de la esclavitud y el racismo actual, se pone de manifiesto la necesidad de cuestionar los prejuicios y estigmas que aún influyen en nuestras sociedades.

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  2. Se dice que "los negros siempre han sido el burro de las demás razas", desde épocas antiguas, como lo menciona el texto, ha existido el racismo y se puede decir, que este se ha estado transmitiendo hasta la actualidad, por herencias y otros factores, en la actualidad el racismo no esta en su mayor tope desde mi perspectiva, la sociedad esta aceptando de a poco las diferencias raciales, en comparación con épocas antiguas donde una ventaja o una diferencia te pondría en una situación difícil, como fue el caso de los africanos, es muy triste que en la actualidad existan todavía personas con pensamientos coloniales.

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  3. estás ideas que se han perpetuado a lo largo de la historia sobre la superioridad de una raza sobre otra hasta nuestros días han dejado marcas en nuestras estructuras sociales dando paso a la discriminación de las personas solo por el tono de su piel, esto no trae más que miseria a la humanidad, aunque hoy en día se quieren quitar esos pensamientos es increíble el como se aferrar y vuelven a aparecer una y otra vez en diferentes partes del mundo.

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