LA EVOLUCIÓN DE LA AGRICULTURA: DE LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA A LA AGRICULTURA SOSTENIBLE

 La agricultura tiene un papel fundamental para la población ya que es uno de los sectores que

satisface la necesidad de alimentación de un país, impulsa el desarrollo económico y genera

empleo.

Es por eso que nace la importancia de reconocer y exponer las dificultades a las que se enfrentan

los agricultores día a día para ofrecer a los consumidores los mejores productos y del desafío que

enfrenta el gobierno para crear mecanismos que contribuyan a combatir los factores que afectan

a los cultivos, tales como el cambio climático, las plagas o las enfermedades.

Ante esto los agricultores no se han quedado quietos, y también se han preocupado por obtener

una manera de optimizar todos los recursos con los que cuentan.

Como sabemos, la agricultura ha evolucionado de técnicas tradicionales y prácticas de

subsistencia, a un sistema altamente tecnificado y orientado al mercado global. Aunque los

métodos antiguos eran más sostenibles en muchos aspectos, la agricultura moderna ha

introducido innovaciones significativas que aumentan la producción y eficiencia, pero también

enfrentan retos ambientales y sociales. La clave está en encontrar un equilibrio que combine lo

mejor de ambos enfoques, integrando tecnología avanzada con prácticas sostenibles para

asegurar un futuro agrícola saludable.

A través de la siguiente historia exploremos la importancia de una agricultura sostenible.

Don Jesús Molineros estaba emocionado por las promesas de progreso. Los métodos de cultivo

mejorados prometían aumentar la producción y traer prosperidad a su familia. Decidió que era el

momento de modernizar la granja, para no quedarse atrás en esta era de cambios.

Comenzó a invertir en maquinaria. Los viejos arados de madera fueron reemplazados por arados

de acero más eficientes. La máquina de vapor, que zumbaba y chisporroteaba, se instaló en el

granero, y pronto los campos se labraban más rápidamente que nunca. La familia Molinero

empezó a usar fertilizantes químicos y pesticidas para maximizar sus cosechas.

Al principio los resultados fueron muy prometedores, pero un día Don Jesús se encontraba al

borde del campo, con las manos callosas y desgastadas por tantos años de trabajo. El verde

vibrante de los cultivos se había desvanecido y el suelo, antes rico y oscuro, ahora estaba

agrietado y reseco. Un profundo suspiro escapó de sus labios mientras contemplaba la tierra que

había sostenido a su familia durante generaciones. La máquina que alguna vez había visto como

un símbolo de progreso ahora parecía un presagio de destrucción. Al recordar las historias que su

abuelo le había contado sobre la tierra, sobre la armonía entre los humanos y la naturaleza, lo

invadió un profundo sentimiento de culpa.

"Tanto Ha Cambiado" pensó Don Jesús, mirando hacia el horizonte. "La tierra, siempre

generosa, siempre dispuesta a darnos”. Pero ¿qué le hemos dado nosotros a cambio?

He corrido tras el progreso, he creído que la tecnología nos salvaría de todo. Y ahora miro a mi

alrededor y veo las consecuencias de mis actos. ¿Qué le he dejado a mis hijos? Un suelo

agotado, un río contaminado... ¿Cómo pude ser tan ciego?”

De repente, oye una voz detrás de él.

“Don Jesús, ¿está todo bien?”

Es María, la hija de un vecino, una joven bióloga que regresó al pueblo después de terminar sus

estudios. Siempre ha mostrado un gran interés por la agricultura sostenible.

Don Jesús se sorprende: “María, qué sorpresa. ¿Qué haces por aquí?”

“Vine a ver cómo estaban los cultivos. Escuché que han tenido algunos problemas.”

María se sienta a su lado y comienzan a conversar. Ella le habla de nuevas técnicas de cultivo

que ha aprendido, de la importancia de la biodiversidad y de la necesidad de trabajar en armonía

con la naturaleza. Don Jesús la escucha atentamente, intrigado por sus conocimientos y su

pasión.

-"Don Jesús, ¿se ha fijado cómo esta planta de manzanilla atrae a las mariquitas? Ellas se

alimentan de los pulgones que atacan a los cultivos de frijol. Es una forma natural y efectiva de

controlar las plagas."

- "Nunca lo había visto de esa manera, María. Siempre he recurrido a los pesticidas, pero ahora

veo que la naturaleza tiene sus propias soluciones."

Don Jesús decidió intentar un enfoque nuevo. Comenzó a incorporar prácticas más sostenibles en

su granja. Introdujo la rotación de cultivos para mejorar la salud del suelo y redujo el uso de

fertilizantes químicos. Optó por métodos de control de plagas menos invasivos y comenzó a

plantar cultivos de cobertura para proteger el suelo de la erosión.

El cambio no fue fácil. La transición requería tiempo y esfuerzo, y los resultados no fueron

inmediatos. Pero con paciencia y dedicación, don Jesús comenzó a ver mejoras. El suelo empezó

a recuperar su fertilidad, y las fuentes de agua se limpiaron gradualmente. La biodiversidad

regresó a los campos, y la vida en la granja empezó a parecerse a la de antes.

Don Jesús y su familia aprendieron una valiosa lección: el progreso tecnológico no siempre

garantiza la prosperidad a largo plazo si no se equilibra con el cuidado del medio ambiente.

Aunque la modernización había traído beneficios inmediatos, el verdadero éxito vino de

encontrar un equilibrio que respetara tanto a la tierra como a las nuevas tecnologías.

Don Jesús y su María se convirtieron en defensores de la agricultura sostenible en Campo Verde.

Compartieron sus experiencias con otros agricultores, mostrando cómo era posible usar las

innovaciones tecnológicas de manera que beneficiaran tanto a las personas como al entorno

natural.

"La economía es un subsistema del ecosistema finito de la Tierra. El objetivo es llevar la

economía a una escala sostenible en relación con el ecosistema, no perseguir un crecimiento

económico sin fin" (Daly, 1991).

REFERENCIAS

Daly, H. E. (1991). Steady-State Economics: Second Edition With New Essays. Island Press.