EL RETROCESO

Entre dos árboles bastante desgastados y secos, Selene una chica que casi

siempre se perdía en sus pensamientos, se encontraba casi diluyéndose en el suelo

verde lleno de flores blancas esparcidas a su alrededor, mientras por sus ojos pasaban

un sinfín de letras, símbolos una que otra palabra y frases que se le escapaban. No

podía encontrar respuesta a algunas de sus preguntas, ¿como llegaron las personas a

colocar valores imaginarios acerca de las cosas? O ¿Cómo avanzaron de las piedras a

los celulares? Y muchas otras cosas que ella no alcanzaba a comprender del todo.

Estuvo pensando treinta minutos más, hasta que un ruido algo molesto

proveniente del aparato electrónico le indico que ya era hora de volver a casa pues

debía alistar su cena. Se levanto con una que otra flor que se negaba a soltarse de su

roja cabellera, al intentar retirarlas noto algo raro pues esta flor se estaba revirtiendo.

Este fue su pensamiento ya que cada pétalo estaba regresando de donde había salido

y se estaba acortando cada vez más. Serene vio que la flor desapareció en su mano y

se asustó, miro a su alrededor y miraba como todo estaba retrocediendo, salió

corriendo en dirección a los edificios que se encontraban cerca y vio como la

construcción parecía derretirse y convertirse en materiales más primitivos.

La mezcla se derretía, dejando a la vista los ladrillos, los cuales algunos se

volvían polvo dejando al descubierto el metal de las vigas, estas a su vez se convertían

en piedra dejando estructuras rígidas y de aspecto antiguo. Selene no sabia que hacer

e intentaba pedir ayuda a las personas que veía, pero estas se rejuvenecían

rápidamente hasta desaparecer, en su preocupación intento sostener su mirada en

dirección a horizonte lo cual le dio una visión más amplia. Se dio cuenta que la

reversión se estaba haciendo lenta, mientras una voz misteriosa le susurraba que

debía continuar, ella le hizo caso y lentamente fue avanzando. En el camino una de las

primeras cosas que logro ver fue como un teléfono que se encontraba en el aire

cambiaba de forma alternando entre las diferentes versiones que había podido ser en

el pasado, llego a un punto en donde se fue separando material por material mientras

la voz le explicaba para que servía cada elemento que se observaba como el silicio que

conformaba los chips de este, Selene se dio cuenta de que todo esto formaba parte de

recursos del planeta y que aunque separados no hacían nada en particular, si se unían

formaban aquel objeto tan complejo. Selene tenía una sensación de desconcierto,

puesto que además de lo que estaba viviendo, se había resuelto una de sus dudas.

Antes de que se apagara la pantalla casi separada en materiales alcanzo a

observar números, se trataba de una cuenta bancaria con algunos pesos, Selene se

acercó y vio cómo se desprendían los números y se empezaban a transformar en

billetes, asombrada extendió su mano, agarro unos cuantos, y guardo algunos en su

bolsillo, pero como no cabían llevo algunos en la mano quizás le podrían servir se dijo

así misma riéndose con sarcasmo de la situación con tal de no entrar en pánico. Siguió

caminando adentrándose en lo que parecía ser una plaza antigua, frente a ella se

encontraba un comerciante que se sorprendió al ver lo que había en la mano de la

chica, Selene se miro sus palmas las cuales estaban a punto de rebozar de una

especie de monedas doradas bastante brillantes, el comerciante le dirigió la palabra:

tienes una gran cantidad de monedas acuñadas y yo tengo productos que podrían

interesarte: ha habido escasez de lana y yo tengo de la mejor calidad, también cuento

con alimentos de la mejor calidad o quizás estas buscando un perfume, no ya se, estas

en búsqueda de un terreno o una casa como todos quieren ahora verdad? ella no

devolvió una sola palabra, puesto que no sabía dónde estaba o mejor dicho cuándo?

En qué fecha se encontraba, por lo que el comerciante pensó que se estaba burlando

de el y se desvaneció en el aire. Era una situación muy rara y la voz se había tomado

un descanso.

Aquellas monedas que tenían sellos desconocidos para ella, empezaban a flotar

y a transformarse unas en piedritas, otras en conchas, unas cuantas en cuero y otras

en minúsculos granos de sal entre otras cosas que en algún momento se usaron, pero

todas estas se redujeron a una frase que destellaba con sonidos melodiosos “solo un

acuerdo y la confianza mutua basta para medir el valor de todo aquello que nos rodea”

a este punto la voz se presentó con un tono diferente y le hablo de la distribución de

bienes y servicios. Selene comprendió que las cosas no tenían un precio establecido

desde la concepción del universo, sino que este se fue forjando de acuerdo a las

necesidades y los recursos disponibles.

Todo seguía retrocediendo a su alrededor, mientras que ella se paseaba de un

lado a otro dando saltos al revés de la historia mientras su cabellera atrapaba algunos

pensamientos del pasado, estuvo unos minutos observando un intercambio de ovejas

por comida y prendas de vestir, pero en su próximo salto resbalo y callo en una especie

de cuerpo de agua, entre risas levanto su mirada y se vio a si misma en frente de ella

vestida de una forma primitiva y por fin encontró la voz que le susurraba.

Sus miradas se cruzaron recordando su permanencia en el tiempo y que

siempre estuvo dentro de ella aquel conocimiento que buscaba, pues solo lo había

olvidado. Abrió sus ojos tanto que parecía que se iban a salir, se encontraba de nuevo

en el césped lleno de flores ahora ya no blancas sino de muchos colores, y el árbol

antes seco ahora tenia el color verde y estaba lleno de hojas llenas de vida símbolo de

revivir sus recuerdos.

Rivera Lozada, A. C. (2024, 22 y 27 de agosto). Línea temporal de la Historia [Clase].

Historia Económica General, Programa de Economía, Universidad del Cauca,

Popayán.

Cruz Hidalgo, E., & Parejo Moruno, F. M. (2016). El dinero en la historia del

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