Lupas históricas
Por: Andres Camilo Cortes Cruz
Sea que utilicemos modos de producción, de oleaje de la historia, de revoluciones,
o cualquier otro sistema para dividir, los periodos, de la historia económica, y de
hecho, de la historia, en general, hay que ser conscientes, de que cada uno de
estos periodos, corresponde, a una serie de características, propias de la situación
ambiental y social, del momento.
Resulta, por tanto, irracional hacer juicios sobre acontecimientos históricos, desde
un punto de vista contemporáneo, aunque en ocasiones, por la mera naturaleza
humana, esto resulte inevitable; no obstante, es irracional, porque las condiciones,
de cada periodo histórico, son de lo más discordantes, entre sí, ¿Cómo comparar
equitativamente, a una persona, de primera ola, con una de tercera ola?, ¿Cómo
equiparar, justamente a un revolucionario del neolítico con un revolucionario
industrial?... son mundos distintos, herederos de tiempos, paradigmas, relaciones
sociales y concepciones distintas.
Cada ser humano, desde, los más grandes, estadistas, filósofos, o revolucionarios,
hasta, aquellas, cuyas vidas, se han perdido para siempre, en el inconmensurable
mar del tiempo, son sin lugar a dudas, productos particulares, de su tiempo, de su
entorno, de su educación, y sobre todo, de sus historias particulares, ¿no es por
tanto, ilógico, intentar comprender, a estos individuos y sus sociedades, desde un
punto de vista contemporáneo?
Además, en cuanto a hechos, se refiere, ¿Cómo podemos, estar seguros, de que
poseemos la verdad absoluta, sobre la historia?, ¿si la tuviéramos, seguirían
existiendo los historiadores?, no sabemos, el momento, en el que un nuevo
descubrimiento, una investigación, innovadora, o una pista, de algún misterio, que
ni siquiera hayamos, llegado a plantearnos, aparezca, así pues por mucho que
nos gustaría, reconfortarnos, con la idea de que la historia, es un monolito estático
e inamovible, esto, resulta, en una esperanza falsa y engañosa, una quimera.
Aunque se podrían dar, más, o incluso, escribir un libro al respecto, creo, que he
dado, argumentos, más que suficientes, sobre la irracionalidad, de juzgar, la
historia, desde una perspectiva moderna, pero suponiendo aun así, que esto, no le
convence, supongamos, por el mero ejercicio teórico, que tengo la razón, en cuyo
caso, cabría cuestionarse, acerca de la necesidad y de la utilidad, del estudio,
histórico, sin embargo, el hecho de que no podamos, juzgar, la historia, desde una
visión, contemporánea, no significa que no podamos sacar provecho de ella.
Después de todo, al comprender, los acontecimientos históricos, desde una
perspectiva, aterrizada, a la época y a las circunstancias, en los que estos tuvieron
lugar, podemos hacernos una idea clara, de la evolución de ciertos fenómenos, de
sus causas y de sus consecuencias e irónicamente, de cómo estos afectan, al
pasado y afectaran al futuro.
Desde, una perspectiva, meramente económica, el comprender, la evolución de
los mecanismos, sociales, políticos y desde luego, mercantiles, que generaron, la
situación económica, actual, nos puede ayudar, a afrontar, los grandes, retos de
NUESTRA época, una que se percibe, sin lugar a dudas, como turbulenta, en un
contexto, de conflictos, de pos pandemia y sobre todo, de un rampante, cambio
climático, que ya ha logrado, ser clasificado, por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), como una ebullición global.
Es evidente, por tanto, que en nuestro actual contexto, global, nacional y regional,
es necesario, llevar a cabo, un replanteamiento conciso, de la realidad económica,
el cual, debe hacerse desde una perspectiva histórica, solo comprendiendo, a
cabalidad, de qué forma, llegamos a donde llegamos, podremos plantear, alguna o
varias soluciones, coherentes que puedan, ser aplicables de manera efectiva, a la
problemática actual.
No se trata, de afirmar, que algún, sistema, económico, sea mejor que otro, o de
entrar, en las viejas, discusiones polarizantes, de quienes buscan, ver el mundo,
en blanco y negro, en derecha o izquierda, en un mundo dinámicamente complejo,
tan cambiante, como en el que vivimos, eso es igualmente, irracional, se trata, de
utilizar la historia, como una lupa, particularmente delicada, con la que se busca,
observar, las condiciones, de nuestro propio contexto, económico, político, social y
cultural, para con ello, tratar de moldear, el contexto, en el que vivirán, las futuras
generaciones.
Debemos, sentarnos, a pensar, a analizar y a discutir, a analizar y a comprender,
a proponer y con suerte aplicar, pues, si algo, nos muestra la crisis, es que algo,
se ha hecho o todavía se hace, de manera incorrecta, el no tratar de corregir, cual
quiera que sea el error, no solo es un acto, de irresponsabilidad, es una traición a
toda la raza humana, presente y futura.
Referencias Bibliográficas
Uribe, D, Espinosa, A, (2020), Revoluciones, Penguin Random House,
Grupo Editorial
Harari, Y. N. (2015). Sapiens. New York, NY: Harper
BBC News Mundo (2023), "Hemos pasado de la era del calentamiento
global a la de la ebullición global": la dura advertencia de la ONU sobre las
altas temperaturas, https://www.bbc.com/mundo/articles/c99xvylqyklo
Me gusta cómo el texto nos invita a reflexionar sobre la importancia de contextualizar los eventos históricos y a utilizar el conocimiento del pasado para abordar los problemas presentes y futuros de manera informada y responsable. Esto nos recuerda que la historia, lejos de ser un simple registro de hechos, es una herramienta crucial para comprender y mejorar nuestro mundo.
ResponderBorrarEl compañero nos proporciona un texto que argumenta que es irracional juzgar eventos históricos con una perspectiva contemporánea, ya que cada periodo tiene sus propias características y condiciones, lo cual es algo muy interesante. El compañero también destaca la importancia de entender la historia no como un conjunto estático de hechos, sino como un campo en constante evolución, donde nuevos descubrimientos pueden cambiar nuestra comprensión.
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