Juan Diego Nope Chaves

La Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero escrita por Keynes, significó un

cambio radical en la manera en la que era vista la economía, ya que como denomina Keynes

en su libro, la escuela clásica (Ricardo, Smith, Pigou) contaba con variedad de errores los

cuales en últimas consistían en su escasa capacidad de comprender la realidad económica.

Dado esto, Keynes buscó la manera de encontrar una teoría general basada en el corto plazo,

que fuese capaz de responder a las crisis económicas. Ahora bien, la teoría keynesiana

también presenta contradicciones en sus planteamientos los cuales veremos a continuación.

El un principio, se debe entender que la teoría keynesiana busca solucionar las crisis

económicas por medio de política fiscal intervencionista por parte del Estado, todo esto, en el

corto plazo, consiguiendo un crecimiento equitativo y equilibrado, ahora bien, al largo plazo,

Keynes argumenta que los principios o doctrinas clásicos en relación con la teoría del

Equilibrio de oferta y demanda, operan correctamente, Tal y como menciona Luis Orduna en

su texto “Los Fallos Metodólogos del Modelo Keynesiano”, esto es un error, puesto que los

principios clásicos son los causantes de dicho desequilibrio en el mercado, no tiene sentido

alguno que al largo plazo, estos funcionen.

Al hablar sobre el concepto de equilibrio de pleno empleo, Keynes habla sobre le hecho de

que si bien la teoría clásica argumenta a favor de la autorregulación del mercado, esta no es

capaz de comprender la realidad del mismo, en el sentido de que si bien puede mostrar

“estabilidad” condicionada a tiempo presente, no es equilibrada, en el sentido que esta no

tiene en cuenta la rigidez de los precios y los salarios hacía la baja, es decir que los

trabajadores no están dispuestos a ver reducido su salario nominal, todo lo contrario a lo que

suponían los clásicos, los cuales miraban los precios y los salarios como altamente flexibles

ante los ciclos económicos. Esto lo argumenta de manera muy precisa Luis Orduna al

plantearlo a partir del principio de la “Teoría de la Neutralidad del Dinero” de la cual se

sustenta la teoría del equilibrio clásico, que plantea que las variaciones en las cantidades de

dinero en la economía, no tienen efecto en el largo plazo en variables como el empleo y la

producción; solo en los precios. En otras palabras, no tiene en cuenta la propensión al

consumo de los consumidores (Que además se incrementa en tiempos de crisis); resulta en

últimas en una diminución de la demanda agregada. Todo esto que argumenta Luis Orduna

tiene un proceso que da lugar a ese resultado, el cual consiste en que la demanda efectiva

disminuye debido a la propensión al consumo o la rigidez de precios y salarios hacia la baja,

disminuyendo así los ingresos de los empresarios, por lo que estos comenzarían a tener un

incremento en los inventarios, de manera que reducirían la producción y por ende la demanda

laboral, generando así lo que denominó Keynes “Desempleo involuntario” en la economía.

En últimas, se tiene un ciclo repetitivo hacía la baja.

En la manera de afrontar estos problemas planteados, Keynes tiene en cuenta las siguientes 3

herramientas a modo de intervención, las cuales son: Política Fiscal, Política Monetaria y

Política Internacional. En el primero, la manera en la que se busca solucionar del desempleo,

es por medio de un política fiscal intervencionista, que consiste en generar empleo a partir del

gasto público y a su vez, se disminuyan los impuestos para incentivar el consumo de la

población, esto en otras palabras lo que quiere decir es que al haber un “hueco” en la

demanda efectiva, se requiere de la intervención del Estado ya que el mercado no es capaz de

arreglarlo por sí solo; de manera que con dicho gasto púbico, ese hueco que queda, es tapado

y se consigue llegar nuevamente a un punto de equilibrio. Ahora bien, hasta pasados a la

segunda herramienta, se tiene la siguiente pregunta ¿De dónde se financia este gasto? Esta

pregunta tiene dos respuestas: la primera consiste en la búsqueda de financiación por medio

del mercado monetario, esto a partir de la emisión de bonos u otro valores financieros; no

obstante, esto incrementaría la tasas de interés debido aumentaría la demanda de préstamos

en búsqueda o competencia de esos valores que salieron al mercado; por el lado de las


empresas, les saldría más caro conseguir préstamos para financiar sus proyectos de inversión,

por lo que resultaría en un disminución de este, que en el contexto que se menciona en el Luis

Orduna, la recesión tendería a estancarse o agudizarse. Por otro lado, está la otra opción de

financiamiento que sería la emisión de dinero en la economía, pero el problema con ella es la

generación de inflación en esta. No obstante, para Keynes, el gasto público debía hacerse

para lograr equiparar la demanda efectiva a la oferta, hueco que por cierto es resultado del

aumento de la propensión al consumo en la economía. Este tema en específico da mucho que

debatir, puesto que, si bien se está disminuyendo el desempleo en la economía, se está

generando inflación, esto sin contar algo que Keynes no tuvo en cuenta, y es el hecho de que

las personas responsables de llevar a cabo estas intervenciones tienen intereses individuales,

que, en muchas ocasiones a partir de su egoísmo, en lugar de salir de estas recesiones, lo que

hacen es empeorarlas o en palabras de Keynes, hacen un mal uso de la política monetaria. En

la tercera herramienta, se encuentra la política internacional, la cual según argumenta el autor,

tiene como objetivo el crecimiento económico de los países de manera equitativa y

equilibrada, no obstante, la manera en la que Keynes plantea la obtención de la ocupación

plena de una manera muy optimista, en el sentido de que con solo aplicar política fiscal y

política monetaria sería suficiente para obtener financiamiento y llegar a la ocupación plena,

sin embargo, no tuvo en cuenta las relaciones entre los países, pues a día de hoy, las

economías están altamente conectadas entre sí, tal es caso como el “Tratado de Libre

Comercio”, el cual ha destruido a lo largo de los años, empresas y negocios de países menos

desarrollados como los latinoamericanos, en donde independientemente de la herramienta

fiscal, no se logra recuperar la cantidad de empleos perdidos, pero por otro lado, ha traído

inversión al país que a su vez, ha dejado en reflejo la incapacidad del empresario colombiano

en desarrollar sus empresas debido a una falta de competencia en el mercado.

En resumen, Keynes ha sido un economista fundamental para lograr salir de las crisis

económicas que se han presentado a lo largo de la historia, siendo así fundamental en la gran

depresión de la década de los 30, esto a partir de la intervención del Estado por medio de

política fiscal y política monetaria. Si bien su manera de ver la economía y su búsqueda

además de la distribución del ingreso y la riqueza son vistas por muchos de manera

despectiva; dado un mayor cobro de impuestos, mientras que por otros como algo bueno.

Desde este punto, considero mal en la perspectiva keynesiana, y es que si bien Keynes no

tomó en cuenta el egoísmo e individualismo político a la hora de aplicar tanto política fiscal

como monetaria, en el caso del primero, el uso de subsidios como herramienta incentivar la

demanda agregada y posteriormente la inversión, no tiene en cuenta el costo de esto al largo

plazo, en el sentido de que las personas se acostumbran a recibir plata del gobierno, la cual no

es usada en la mayoría de los casos para fines productivos, sino más bien para el consumo

excesivo que en muchos casos, excedía sus posibilidades. Esto en últimas nos deja que, si

bien se busca ayudar a la población, no es eficiente en el largo plazo, desde mi opinión, es

mejor con ese fondo destinado a subsidios, usarlo para invertir en educación, de manera que

la gente sepa como producir y no se acostumbre a dichas ayudas.


Bibliografía


ORDUNA, Luís (2008). Los Fallos Metodológicos del Modelo Keynesiano.

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