La mentira de la justicia


Jose Manuel Ordoñez Claros

¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quien gane esta guerra se convertirá en la Justicia!”

Donquixote Doflamingo, One Piece, capítulo 465.

¿Qué es la justicia? La RAE lo cataloga como un principio moral que lleva a determinar que todos deben vivir honestamente (RAE, s.f.). La verdad es que la definición del término de justicia es muy compleja de entender, ya que, depende de muchos factores, entre ellos, quizá el más importante sería quien la impone.

De forma un tanto similar a la religión, en nombre de la justicia se han cometido múltiples barbaridades a lo largo de la historia, a día de hoy, en algunos países alrededor del globo está permitida la pena de muerte. La pregunta es, ¿realmente es correcto arrebatar una vida en nombre de la justicia?

La respuesta diferirá dependiendo de la persona a quién le preguntes. Aquí es donde hago énfasis al discurso del inicio, son las experiencias vividas por los seres humanos lo que permite forjar su razonamiento, aquellos que no conocen las complicaciones de la guerra son los que piden por ella (no valorando su paz), mientras alguien que en toda su vida no ha visto más que guerra añorará como un tesoro la paz.

Un ciudadano del común, acostumbrado a vivir en una nación medianamente peligrosa y con un sistema judicial de dudosa calidad no va a pensar igual que otro con condiciones sociales más favorables. No es extraño ver en muchas partes de Latinoamérica la llamada “justicia social”, que consiste en agarrar al supuesto ladrón (supuesto debido a la presunción de inocencia no porque tomen a cualquier civil al azar) y hacerle de todo, en algunos casos si no lo acaban es de milagro.

Mientras tanto, los ciudadanos de condiciones más favorables serán los que aboguen por la justicia a favor del ladrón, pero que, en la mayoría de casos, no han sufrido hurtos o extorsiones, cada quien habla desde sus condiciones y normalmente salen frases como: “no ha de tener que comer”, “pobrecito, debe tener familia” y, de hecho, ese es otro punto.

Algo que se da mucho en los canales de noticias es que acaban de capturar a un asesino y entrevistan a un familiar o un vecino y una típica es la de “él era un buen hombre”, “nunca me pareció un asesino”, ¿un asesino y un buen hombre? Como se puede relacionar, simple, porque las percepciones de las personas no son las mismas, aunque en la mayoría de casos los asesinos muestran ciertas conductas antes de, no es algo valido para un total.

Lo mismo por el otro lado, el de la víctima. Los allegados de la víctima siempre van a quedar resentidos independientemente del castigo del victimario, no es extraño pensar en los crímenes de venganza, es algo normal en nuestra sociedad debido a la insatisfacción con el sistema de justicia y que, hilarantemente, termina provocando más injusticias y complicando todavía más al sistema judicial.

En conclusión, es imposible hablar de la justicia total, porque es un término subjetivo y siempre un bando va a quedar insatisfecho, el de la víctima o el del victimario, porque a veces olvidamos que incluso los victimarios son seres humanos, y algunas personas -yo el primero- pensamos que no se les debería tratar como tales, porque darle derechos a alguien que viola los derechos de otro, porque nada ni nadie nos vuelve juez ni jurado, y arrebatar los derechos a un ser por más vil que sea sería cometer una injusticia tan grande como el crimen de dicho ser.

Referencias

RAE. (s.f.). Real Academia Española. Obtenido de Diccionario de la lengua española: https://dle.rae.es/justicia?m=form

 

 

 


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