Capitalismo cognitivo y educación superior

 

Ivan Collazos


El capitalismo cognitivo es un fenómeno que ha influenciando la manera en la que se ve la educación superior, esta se convierte en un medio de producción informativo   y de investigación por y para el mercado, se ve a la educación como una empresa, como un medio de cualificación de la mano de obra. Esta forma de capitalismo, que hace parte del abandono del estado keynesiano de bienestar, genera varios inconvenientes, los cuales, se presentarán a continuación. por otra parte, no podemos considerar este cambio como poco beneficioso en su totalidad así que, se rescataran también partes positivas de este sistema y su implementación en la educación superior.


De forma ciertamente paradójica, la expansión de la educación superior, sometida hoy a un rápido proceso de reforma y privatización, corresponde con una utilización oportunista y masiva del sistema educativo como dispositivo de promoción social, pero también a un intenso ciclo de luchas por la expansión de la educación —que se debe remontar al menos a la década de 1970—, que de modo efectivo ha generalizado competencias técnicas y lingüísticas que componen el sustrato de esa nueva intelectualidad difusa. Blondeau et al. (2004).


Como se lee en el fragmento de blondeau et al. Ya desde finales de la década de los años setenta encontramos como se propende  la privatización de la educación  y a su uso como un dispositivo de promoción social, esto afecta a la educación, pues, ésta se vuelve susceptible al mercado, logrando así la remoción de clases, la adaptación de la enseñanza a fines propuestos por empresas bajo una influencia valorativa del mejoramiento individual. Es decir, se innova en aquello que las empresas promotoras de la educación necesiten para obtener avances investigativos y de información. Esto es algo que no está pasando para nada desapercibido “Los profesores alentaron actos de protesta en diversos países europeos en relación con la previsible desaparición de algunas especialidades y por el cambio en la estructura de las titulaciones, así como contra la introducción de métodos docentes muy discutibles.” dice Huguet (2007) en un artículo publicado sobre el tema.


También en nuestro país las universidades podrían resolver algunos de sus problemas cerrando las facultades de filosofía. Sería ridículo que alguien se presentara a un banco con un título de filósofo. Sin embargo, nuestra sociedad es algo más complejo, no es solamente un mecanismo económico. Zuleta (1985).


Zuleta quizás no sabía que, en Europa, para la época que se le hacía esta entrevista, el capitalismo cognitivo empezaba a florecer y terminaría con modificaciones no solo en plan académico sino en pedagogía, para formar a los educandos como sujetos productores de ideas a cambio de un título universitario servil al capital.


El talón de Aquiles del nuevo proyecto se encuentra en el problema de la financiación. No parece posible que el gasto público, especialmente en administraciones completamente endeudadas como muchas de las europeas, sea capaz de proveer una financiación suficiente, por lo que el centro de interés se desplaza a la búsqueda de medios alternativos de pago: el pago de los usuarios directos, lo que supone un alza en los precios de los estudios; un aporte mayor de las empresas concernidas por las investigaciones, lo que abre la posibilidada formas novedosas de contratos,colaboraciones, etc.; una mayor intervención del sector financiero que, a través de convenios específicos, se compromete a costear programas de becas, cursos especiales, aulas de informática, en último término, un mayor protagonismo de las entidades financieras que con sus créditos sostienen las endeudadas instituciones. Huguet (2007)

Una de las principales críticas que Zuleta le hacía a la educación era que se veía al estudiante como receptor del conocimiento y no como un emisor. Esto en la educación superior cambia un poco, pues el estudiante es el que principalmente promueve su aprendizaje y propende a crear conocimiento, ahora con el capitalismo cognitivo el estudiante es visto como productor, no tanto de conocimiento sino de ideas que sean afines con los ideales de una empresa. Siendo así mando de obra conceptual de primera mano, trabajando de manera indirecta para las empresas que promocionan las universidades de las maneras vistas en la cita anterior.


Este fenómeno genera, de manera masiva, un efecto colateral que se viene viendo desde mucho antes de que el término “capitalismo cognitivo” se haya comenzado a utilizar y es la falsa investigación científica con fines lucrativos, es decir, cuando se promueve una investigación que probablemente esté alterada, pero qué beneficia un producto, o se recrimina otro producto como causante de males que no le corresponden, esto se da mucho en el sector alimenticio. El caso del azúcar es uno que se viene conociendo mas y mas con los años, muchas personas piensan que la grasa es la principal fuente de obesidad y  problemas cardiacos cuando existen varios estudios que relacionan a el azúcar con estos problemas pero estos estudios no son difundidos por la presión que el sector azucarero ejerce sobre ellos.


Cosas como estas pueden pasar cuando se propende que la educación genere innovación bajo la influencia del mercado. Lo ideal es que se aisle la educación, en especial la investigación científica, de la economía política de turno para la pragmaticidad y objetividad de la misma.


Por parte de los estudiantes, las movilizaciones han sido más amplias y han tendido a poner de relieve el carácter de “reestructuración mercantilizadora” de la reforma –“la Universidad no está en venta” o “la educación no es una mercancía”(...) Huguet (2007)


Sin embargo, este modelo no es del todo nefasto, el mundo se está encaminando a la cuarta revolución industrial, el producto y el consumidor nunca han estado más cerca y es necesario que se tomen medidas en la academia para adaptarnos a los cambios en el sector industrial y económico. Sin embargo no podemos sacrificar la integridad de nuestras universidades, vendiendolas justificándose en el “progreso”, la educación superior tiene que adaptarse pero con veedurías para que no vuelva la universidad una plaza de mercado donde la teoría le sea servil a un sistema económico o al beneficio individual.

BIBLIOGRAFÍA


Estanislao Zuleta.(1985). Entrevista con hernán suárez LA EDUCACIÓN, UN CAMPO DE COMBATE. 


Olivier Blondeau, Nick Dyer Whiteford, Carlo Vercellone, Ariel Kyrou, Antonella Corsani, Enzo Rullani, Yann Moulier Boutang y Maurizio Lazzarato (2004). Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva


Montserrat Galcerán Huguet (2007) Reflexiones sobre la reforma de la Universidad en el capitalismo cognitivo. NO. 27. OCTUBRE 2007. UNIVERSIDAD CENTRAL– COLOMBIA




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