Algunas muy breves reflexiones sobre las realidades individuales y colectivas y su construcción en valores sociales.

 “Y nada da un poder mayor sobre los hombres que las mentiras. Porque esos

hombres, hijito, viven de ideas” Michael Ende.

Por: Andres Camilo Cortes Cruz

¿Qué es la realidad?, ¿una construcción?, ¿algo tangible?, ¿una abstracción?, el

hacernos, estas preguntas, de carácter más bien filosófico, es importante porque

al hacerlo, nos estamos obligando a cuestionar, nuestra propia visión del mundo y

de lo que nos rodea y en cierta medida, de nosotros mismos, porque, ¿acaso no

dice la manera en la que miramos el mundo, algo sobre quiénes somos?

Son preguntas, bastante difíciles de responder, como se evidencia con un simple

ejemplo, supóngase, que a alguien por algún motivo le enseñaron, desde la más

tierna infancia, que el cielo es verde, ¿estaría esta persona cayendo en la falsedad

o en la irrealidad, al afirmar que el cielo es verde?; las leyes de la naturaleza que

le dan al cielo su coloración, desde luego no habrían cambiado, el cambio, es en

este caso, más un problema, de definición y creencia, ¿atentaría esto contra la

realidad?

Podemos, desde luego complicar, las cosas aún más, supongamos ahora, que no

es un solo individuo, al que le han enseñado que el cielo es verde, supongamos

que por algún motivo, esto, se le ha enseñado a toda una nación, cada uno de sus

habitantes, quienes a su vez, lo han puesto como un hecho establecido en su

sistema educativo y se lo han enseñado, a sus hijos y a los hijos de sus hijos y

han establecido como una verdad evidente que el cielo es verde.

Supóngase ahora, que una persona de un país, en el que por definición el cielo es

azul (como supongo yo son la mayoría), viaja a este país, en el que por definición

el cielo es verde, o viceversa, ¿Qué pasara en el momento en que uno u otro

hablen sobre el color del cielo?

Este ejemplo tan cómico, o surrealista si se quiere, puede extrapolarse a ejemplos,

casos y situaciones, mucho más complejos, religión, justicia, aborto, arte, pena de

muerte, eutanasia, economía, ética, moralidad, filosofía, historia y un largo etc. Las

leyes naturales que gobiernan al mundo, desde luego no han cambiado y es poco

probable hasta, donde sabemos que lo hagan y sin embargo, podemos encontrar

y contrastar, múltiples versiones de la realidad, ¿es alguna más verdadera, o más

falsa?

Podemos entonces, hablar de realidades colectivas, temas, creencias y valores,

que son tan propios de determinados grupos de individuos, que son verdades,


para toda una sección de la sociedad, o incluso para toda la sociedad en su

conjunto, preguntadle a todas las partes involucradas en un conflicto, ¿Quién es el

malo?, las respuestas, serán sin duda discordantes, pero ¿serán por ello mentira?

“pero es que a mí no me gusta tratar con gente loca protesto -Alicia-oh eso no lo

puedes evitar-repuso el gato-todos aquí estamos locos, yo estoy loco, tú estás

loca” (Lewis Carroll)

Es normal, en cierto sentido, que todas aquellas cosas que nos resulten por fuera,

de la norma, preestablecida, en nuestra realidad social, sea tratado, de anormal,

de discordante, o incluso de locura y al hacerlo, ¿no estamos negando la realidad

de otros?, ¿no estamos, haciendo un ejercicio, de profunda arrogancia?

Cada sociedad, humana, en la que puedas pensar, es un producto, de sí misma,

de su historia, de su cosmovisión y de sus realidades colectivas, que no por ser

distintas, a las nuestras, implica que tengamos que catalogarlas, de mentira, de

falacia o peor aún de locura.

Si nos limitamos, a descartar todo aquello, que nos resulta, extraño, discordante, o

repulsivo, de locura, entonces, me temo que estaremos condenados, a una mirada

ciega del mundo, porque si existen múltiples realidades colectivas, ¿Qué gano con

desconocerlas?, solo aislarme o aislar a los demás

Oh, ¿acaso la ignorancia, no es uno de los grandes combustibles del conflicto?, en

el momento que me niego a pensar que el otro podría tener una forma valida de

hacer, las cosas, de ver y pensar las cosas, de percibir su propia realidad, ya fuere

individual o colectiva, es el momento en el que me limito a mí mismo a una única

realidad.


Referencias Bibliográficas


 Ende, M. (1993). La Historia Interminable (Sans, M, Trad). RBA Editores,

S.A

 Lewis, C (2003). Alicia en el País de las Maravillas (Ediciones del Sur, Trad)

Ediciones del Sur

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo contigo, esa limitación de pensamientos, o de considerar que uno si está en lo correcto y el otro no, es lo que nos ha llevado a la perdida de nuestra humanidad, a la carencia de empatía, y por ende como tú lo explicas, a encender la chispa del conflicto. En cambio si consideramos que el otro podría tener una visión tan válida como la nuestra, estaríamos más abiertos al aprendizaje lo cual amplía nuestra comprensión y nos permite vivir en un entorno de respeto y cooperación.

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